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Dichoso el que tiene en ti su fortaleza,
    que solo piensa en recorrer tus sendas.
Cuando pasa por el valle de las Lágrimas
    lo convierte en región de manantiales;
también las lluvias tempranas
    cubren de bendiciones el valle.
Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas,
    y en Sión se presentan ante el Dios de dioses.

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